24 de septiembre de 2010

Tonterías si, pero no las justas

Ando bastante decepcionada con la televisión en los últimos diez años, quizás cuando empecé a tener conciencia sobre lo que la tele me vendía, pero los acontecimientos presentados en un programa de la cadena Cuatro me dejaron atónita.
Este programa, basa su audiencia en los golpes, los golpes extraídos de Youtube, los personajes baratos y nace casi a imagen de otro programa de la Sexta.
Lejos de entender este tipo de cosas, respeto la posibilidad de invertir tiempo en ello en lugar de en la telebasura rosa de otras cadenas, aunque me pregunto en qué momento existe clara diferencia entre unos y otros...Quizás las risas provocadas en el público adolescente y semiadulto sean la clave de su manutención.
Pero realmente, no es por esta cuestión por la que he decidido darles relevancia, si no por su manera de ridiculizar a un programa compañero de su cadena.
No es que yo esté precisamente de acuerdo con los métodos del hermano mayor, al menos no con todos, pero el hecho de utilizar el contenido de este programa y a las personas que salen en él para echarse unas risas me parece lamentable, humanamente bajo y sensiblemente suspenso.
Menos mal que son de la misma cadena que si no....
Cómo es posible, que la gente permanezca impasible ante la descategorización de los problemas de esas personas y su forma de intentar superarlos, cómo van a darles la posibilidad de reinserción o reeducación si cuando salgan fuera se les recordará como los canis de la Cuatro, cómo puede permitir la televisión, la sociedad el gobierno o los ministerios que se insensibilice de esa forma a los jóvenes con esta forma de rebajar a las personas con problemas actitudinales, familiares, agresivos a la categoría de chiste televisivo.
Ahí es donde empieza la verdadera televisión basura.
Señores, merecen poco respeto ustedes al ser capaces de pormenorizar las posibilidades de esos jóvenes y presentarlos ante la sociedad como "abusones" irrefenables a los que todos debemos temer o de los que debemos reirnos.
No creo que sus problemas deban ser exhibidos en televisión, al menos no de la forma poco efectiva en que lo hacen, pero es que con compañeros como estos que se dedican a tirar sus expectativas por tierra, quién necesita enemigos.
Si no tuvieran audiencia, no seguirían en pie ni este ni otros tantos, lo cual lleva a pensar a que es la propia sociedad la que se traga sus estereotipos y sus prejuicios y encima, los ensalza.
Y yo que pensaba que la gente de la televisión eran personas y tenína sentimientos, pero ni sentimientos ni vergüenza, sólo tontería y recalentada.
Siembren, señores, padres que los creen inofensivos, niños que se creen mayores para juzgar, almas distraídas en el zapping, siembren, que ya recogerán.

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