29 de abril de 2011

Insensibilidad humana

Llevo unos días contemplando las noticias a saltos, imágenes de muertos, mutilados, niños que no despertarán jamás, caminos rojos de vidas perdidas, bombas explotando contra la civilización, gritos, llanto, súplicas, pérdida de fe, desazón, tristeza, hambre, esqueletos vivos que deambulan en un entorno árido, estéril de risas, de alegrías.
Veo cada tarde desamparo, desempleo, subidas de impuestos, tarifas excesivas, multas, reclamaciones, denuncias, familias que se desquebrajan en la nueva pobreza, pagos de paro que se acaban, vivendas cada vez más okupadas, hombres contra hombres, mujeres contra mujeres, infancia contra infancia.
Miedo, calor en meses de frío, nieve donde no la había, nuevas especies, especies invasoras.
Cambio climático.
Peleas, discordia, pérdida de identidad, distinción permitida de pieles, comercio de piel humana, cólera, mentiras, tramas políticas, urbanísticas y corruptas.
Lazos de colores tiñen algunos pechos de ciudadanos que dieron limosna por el cáncer, el sida, la leucemia infantil, por la paz, la violencia de género...
Mujer muere a manos de un hombre, deja dos huérfanos.
Un niño nace en la calle.
Silencio, contemplación, redención, una sonrisa, una cara sonrosada, lágrimas de vida, el primer canto de un ser humano, parada, celebración.
Pasividad. Insensibilidad.
Doy por qué debo o por qué quiero, me enfado, me da rabia, grito, insulto, blasfemo, me cago en la madre de todas las madres, clamo a Dios, al cielo y al infierno pero yo estas elecciones no voto.
Demagogía. Hipocresía excesiva. Falsedad.
Cada día vemos imágenes, leemos, recibimos notificaciones de los medios de información (unas más manipuladas y otras menos), vemos como el mundo se muere mientras gira pero la sangre ya no nos impresiona y menos, si es de lejos.
Nos sentamos a esperar, a contemplar el paisaje que nos rodea, algunos hacen huelga.
Pero nadie se moviliza de verdad para contrarrestar los efectos de los desastres que nos acechan, nadie mueve más de un dedo para frenar el golpe, sólo gritan.
Algunos se desahogan echándole la culpa al vecino.
Mísera falacia.
No votes, no sigas tus valores, continúa con la violación de tus supuestos principios, sigue tranquilo, en tu sofá, frente a la tele, frente al periódico, mirando fotografías no tan lejanas con cara de lástima y gesto desaprobador, no muevas ni un sólo pelo... Pero luego, no te quejes.
Ojo por ojo y el mundo acabará ciego, dijo Gandhi.
Unos por otros y el mundo acabará sin ninguno.

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