13 de diciembre de 2012

La educación de Vert, la educación de retrete

Érase un vez un país donde la educación empezó a aflorar cordial y libremente tras una dictadura, los estudiantes y las críticas juventudes, hambrientos del saber, empezaron a proclamar y exigir sus libertades, sus derechos humanos a una educación digna y coherente, igualitaria, laica y gratuita.
Un buen día, entre idas y venidas de hipócritas elegidos "democráticamente", se decidió que la educación no sería para todos igual, no por concepción pedagógica ni social, sino por la ley piramidal de las masas que subyacen entre el intelecto y la tontuna, así como por el status.
A los intelectuales, se les derivó a las ramas académicas superiores, alabando su gran potencial basado en la memorización y en la repetición. Aún así, bien es cierto que había muchos buenos cocos entre estos.
A los segundos, los zoquetes, los inatentos, los culos de mal asiento, los que se esforzaban pero no llegaban, se les transfería a las formaciones profesionales, en parte avance para la educación de haberse gestionado y exprimido como debiera en lugar de convertirlo en reducto de discriminación.
Estas políticas sufrieron cambios, llenando facultades de libros y teorías y los talleres de manos curtidas.
Ninguna terminó de satisfacer al mercado laboral, unas porque no sabían aplicar lo aprendido, otras porque no eran personas estudiadas.
Al final nos quedamos con un montón de carísimas aulas llenas de esperanza y promesas de grandeza amparadas en el prestigio de un título universitario, sin más, y fábricas de currantes.
Laica, gratutita, mixta, coherente y digna.
¿Qué fue de aquella educación?
Se fue al garete, se quedó en promesas incumplidas según a quién le ponía el culo el partido para llenar su hucha trasera de dinero podrido... Y con esto, tantas otras cosas.
Hoy en día, la educación es una preciosa metáfora llena de teoría de facultad.
Escuelas, institutos, universidades encarecidas, ornamentadas con materiales ficticios, respaldadas por subvenciones de cuento y de clases sociales.
¿Y aún se preocupan por la lengua? Líneas dobles en educación para todos y a ocuparse de lo importante, de que el pobre y el trabajador ya no tienen derecho a estudiar porque no hay dinero para pagar las tasas, porque no hay trabajo para hacer frente al gasto, porque los mercados y las burbujas de aquellos saqueadores del pueblo rebentaron en las narices de todos, mientras lo de aquí abajo nos ahogamos, allí arriba aún flotan. ¡Hundirlos!
Preocupación porque se nos va la flor de la vida, porque la gente muere de desesperación, porque las ilusiones y las ganas se marchitan, porque se premia la segregación, la privatización y se margina lo social, lo público, lo gratuito....
Cabrones, que poco rentable os resulta la educación estatal, como se nota que los carteles de "aquí su nuevo colegio" amarillean y cuartean con el tiempo, que no proyectabais institutos porque preveiais y permitiais que sólo unos pocos llegarán más allá de lo que otros les hacían creer.
Lo veíais venir y os frotasteis las manos pensando en una clase cómoda y poco concurrida para vuestros perfectos vástagos.
Viva la familia, dicen, pero sólo la mía,viva el Papa, se ahoga el rey y muerte al populacho.
Educación.
Pues con estos tiempos de ahora y con estas teorías de los mío pa' mi, convocaría yo a la revuelta estudiantil de los principios democráticos y con las propias manos lo cogía del cuello y los ponía a estudiar educación social.

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