Era el bicentenario aniversario del nacimiento de Charles Dickens.
Hablábamos de la pesadumbre de sus novelas y de los ejes de las mismas, esos niños perdidos, abandonados, huérfanos. Esas vidas marcadas por lo funesto de una sociedad llena de grietas que se las traga pero que aún así se mantienen infatigables.
Familias rotas, familias nuevas, encuentros y desencuentros, los bolsillos vacíos, el frío que pasa de las manos al corazón, la falta de cultura y de juego de los niños, la picaresca para sobrevivir.
-Claro, es que hablamos de la época victoriana, mucho rico, mucho pobre y poca clase media...Casi ninguna. Era un crítico de su tiempo.
-¡Cómo la sociedad del futuro!.
La sociedad del futuro, me temo que tendrá muchos más pobres y muchos menos ricos que la de Dickens y por supuesto ninguna clase media.
Y aunque creo que no soy un chico malo .... como sigo llevando el cartel en la
espalda...
Siguiendo su ejemplo encontraremos en nuestras estanterías títulos como:
La ciudad sin niños.
Más allá de la Tercera Edad: Crónica de la Cuarta Edad.
Las fábricas desterradas.
Y la inolvidable No sin mi "cartera".
También encontraremos clásicos como:
El Ozono que se escapó.
Mitos y Leyendas: El Lince, el lobo y el oso.
Mitos y Leyendas II: La Escuela Pública.
Y no se quede sin completar esta magnífica colección con Mitos y Leyendas III: La democracia.
A los adolescentes les podremos hacer llegar entrañables:
Primo zumosol: Grita, pega y todo "arreglao".
Lengua o Literatura. Sin control bombo, venérea o sepultura.
Pubis, Penis y MenosSesi.
La clase donde me llevó me pareció el lugar más triste que he visto en mi vida.
Por si aún quedará algún niño, editarán versiones infantiles:
La vida no era así pero ahora sí.
Los Inventores: Telebasura y Antenarosa.
Barrio Pésimo.
Los "Dumis".
Trozos de cuadernos y de ejercicios ensucian el suelo.
La comunicación, el saber hablar o escribir, los valores personales, la autoestima, la imaginación, la ilusión, el bienestar social, la educación y la salud pública, el medioambiente, la flora y la fauna, nuestro planeta, nuestro pequeño universo, nuestro hogar, ser personas.
Se va todo a la mierda empezando por el suelo que pisamos cada día hasta que ya no quede nada más que el asfalto, las casas okupadas sin luces ni aguas, los coches oxidados y los columpios abandonados.
Zombis.
Un pajarillo, dentro de una jaula tan chica como él, hace un ruido monótono saltando desde el palito al suelo y del suelo al palito; pero no canta ni silba. En la habitación reina un olor extraño a insano, a cuero podrido, a manzanas guardadas y a libros apolillados.
Muchas gracias Mr. D.
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